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Biografía

Ermanno Wolf-Ferrari (Venecia, 12 de enero de 1876 — Venecia, 21 de enero de 1948) fue un compositor italiano, principalmente de ópera, que desarrollo gran parte de su carrera en Alemania.

Ermanno Wolf-Ferrari nació en San Barnaba (Venecia) el 12 de enero de 1876, primer hijo de Augusto Wolf, pintor alemán, y Emilia Ferrari, madre italiana. Aunque estudió piano desde muy niño, la música no era la principal pasión de su juventud, sino la pintura, ya que deseaba ser como su padre.

Estudió de forma intensiva en Venecia e incluso viajó al extranjero a estudiar en Munich y fue allí donde comenzó a pensar seriamente dedicarse a la música. Se matriculo en el conservatorio (1892-95) y comenzó a tomar clases de contrapunto y de composición con Josef Gabriel Rheinberger (1839-1901). Estas clases de música, inicialmente ocasionales, eclipsaron totalmente sus estudios del arte, y finalmente los dejó. A los 19 años, Wolf-Ferrari acabó los estudios del conservatorio y volvió a su casa, a Venecia. Ferrari, que era el apellido de su madre, fue agregado a su propio apellido, Wolf, en ese año 1895 y comenzó a escribir sus primeras composiciones. Trabajó como director de una agrupación coral de Milán, se casó y tuvo un niño. Por esa época pudo conocer personalmente a Arrigo Boito y al gran Giuseppe Verdi.

En 1900, tras fracasar la publicación de dos de sus intentos anteriores, Wolf-Ferrari vio la primera representación de una de sus óperas, Cenerentola, estrenada en Venecia. Fue un fracaso y la humillación le hizo volver a Munich, donde reelaboró la obra y fue programada al año siguiente, 1902, en Bremen, con el título de Aschenbrödel, con mejor éxito. Esta sería la tónica de muchas de sus obras, que fueron mucho mejor acogidas en Alemania que en su Italia natal: así ocurrió con Le donne curiose (1903), I quattro rusteghi (1906) e Il segreto di Susanna (1909), todas ellas comedias, muy bien acogidas en sus estrenos en Alemania. Su vida estuvo desde esa época dividida entre dos países y dos culturas, que él trato de aunar: tenía la seriedad del alemán y la calma alegre del italiano; amaba el belcanto y el contrapunto; era pensativo, casi filosofico, y tolerante. Pasó su vida entre Munich y Venecia, en Alemania deseando estar en Italia y viceversa.

En 1903 obtuvo una temprana notoriedad internacional con el estreno de dos de sus obras: la coral La Vita Nova y una nueva ópera, Le Donne Curiose. Ese mismo año fue nombrado, a los 27 años, director del Liceo «Benedetto Marcello» en Venecia. Seis años más tarde terminó su contrato y se estableció en Munich, donde vivió y trabajó durante los siguientes 35 años apareciendo rara vez en público.

Wolf-Ferrari conció las obras teatrales de Goldoni y comenzó a transformar esas farsas salvajes e ingeniosas en óperas cómicas, musicalmente eclécticas, melódicas, y a menudo, completamente hilarantes. Cada nueva obra se convirtió en un éxito internacional y de hecho, hasta el inicio de la I Guerra Mundial, sus óperas estuvieron entre óperas más programadas en el mundo entero.

El estallido de la I Guerra Mundial fue una pesadilla para Wolf-Ferrari, que se trasladó a vivir a Zurich (1915-22), donde salvo la ópera Gli amanti sposi (1916), apenas compuso. Su vida, a caballo entre dos países en guerra, y su doble ascendencia italo-alemana le trajo muchos problemas. Ello le produjo una grave crisis y alejarse de la composición durante algunos años. Después de la guerra volvió a Munich y poco a poco recuperó las ganas de componer. Reapareció con un renovado impulso, con obras de una vena más melancólica, emocionalmente más complejas y oscuras. A mediados de la década de 1920 fue cuando realmente tuvo éxito, con óperas como Das Himmelskleid (1925) —la ópera que Wolf-Ferrari más estimaba— y Sly (1927), basada en la obra de Shakespeare La fierecilla domada («The Taming of the Shrew»), sobre un bufón cómico que se transforma poco a poco en un cuento de tortura emocional y suicidio.

Sin embargo, pasado un tiempo, Wolf-Ferrari volvió al estilo alegre de su juventud, a las obras de Goldoni -casi como si deseara recobrar la alegría chispeante y el éxito popular que había perdido. Sin embargo, esta vuelta a la comedia fue amenazada de nuevo por el comienzo de la II Guerra Mundial. Wolf-Ferrari no estuvo nunca amenazado directamente por las políticas de Hitler, pero sintió verdadera repulsa por los nazis y abandonó Alemania, trasladándose a Roma y continuando escribiendo óperas y trabajando cada vez más en música instrumental. Algunos años más tarde, volvió a Austria para aceptar un puesto de profesor de composición en el Mozarteum de Salzburgo, pero encontró unas condiciones casi imposibles para la enseñanza y se retiró al campo austríaco, transcurriendo de forma algo oscura los años de la guerra, componiendo muy poco, siendo lo más destacado un Concerto para violín (1943) y otro Concerto para violoncello (1944). En 1946, se trasladó de nuevo a Zurich antes de volver definitivamente a Venecia, su ciudad natal, para vivir sus últimos meses con su hermano. Sus últimas obras son un Piccolo concerto, para corno inglés, 2 trompas y cuerdas, y Chiese di Venezia, para orquesta. que dejo incompleta. Falleció de una ataque cardíaco el 21 de enero de 1948, al poco de cumplir 74 años de edad. Esta enterrado en el cementerio de la isla veneciana de San Michele.

Wolf-Ferrari no compuso mucho, pero frecuento casi todos los géneros, ya que escribió oratorios, obras corales y orquestales, música de cámara y algunas canciones, aunque fue sobre todo conocido como compositor de óperas. Proyecto una veintena de títulos, de los que solo quince realmente vieron su estreno en los escenarios. Tres de ellas corresponden a lo que se considera óperas serias: I Gioielli della Madonna (1911) —obra en la que una voluble heroína solicita que un presunto pretendiente robe las gemas de una imagen sagrada—, Das Himmelskleid (1927), un cuento de hadas, y Sly, la considerada como una de sus mejores obra (1927). El resto fueron óperas cómicas, siendo las más conocidas Le Donne Curiose, I Quattro Rusteghi e Il segreto di Susanna (1909) — obra en la que una joven esposa, pretendiendo ocultar el inocente vicio de fumar cigarrillos, da lugar a que su marido sospeche la existencia de un amante.

Renovó progresivamente su propio estilo operistico, permaneciendo equidistante tanto de las experiencias atonales de Arnold Schoenberg como del verismo de Francesco Cilea y Giacomo Puccini. Sus verdaderos modelos fueron Mozart y Rossini, por su levedad, aunque también la tardía experiencia verdiana, en especial la del Falstaff. La actividad operística le ocupó durante casi treinta años: particularmente afortunado fue el encuentro con el teatro de Carlo Goldoni, de quien adapto musicalmente Le donne curiose (1903), I Quatro Rusteghi (1906), La vedova scaltra (1931) e Il campiello (1936). Es esta opera el autor asume el Settecento como modelo de elegancia, compostura y equilibrio formal, que son los motivos principales de su éxito en los teatros de todo el mundo. Sus últimas óperas estrenadas fueron La dama boba (1939) y Gli dei a Tebe, 1943. En 1931 Wolf-Ferrari hizo una revisión de la ópera mozartiana, Idomeneo.

Las óperas de Wolf-Ferrari apenas se representan, aunque esta reconocido como el escritor más fino de la ópera cómica italiana de su tiempo. Sus trabajos recuerdan a menudo la ópera buffa del siglo XVIII, aunque también escribió obras más ambiciosas, a la manera de Pietro Mascagni. Una representación reciente (1999) de Sly por la Ópera Nacional de Washington (su estreno americano) supuso un cierto renacer del interés en su obra.

Aparte de las óperas, Wolf-Ferrari escribió algunos trabajos instrumentales, principalmente al comienzo y sobre todo al final de su carrera. Sus obras se mantuvieron al margen de la evolución musical de la época, y en ellas no se encuentra ni traza de la revolución que estaban protagonizando los músicos de la Segunda Escuela de Viena. Son obras luminosas, con un sentido especial de espontánea cantabilidad y transparenica. Así nacieron el Idillio-concertino (1932), para oboe, dos trompas e instrumentos de arco (esencialmente una sinfonía de cámara); la Suite Concertino (1932), para fagot y orquesta, la Suite Veneziana (1936) y el Trittico per orchestra (1936).

Solamente su Concerto de violín (1944) se programa con una cierta regularidad, aunque también escribió obras como el Idillio-concertino, para oboe, dos trompas e instrumentos de arco (esencialmente una sinfonía de cámara), un quinteto de piano, dos tríos con piano, dos sonatas de violín y varias obras para órgano.

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